Mula (The Mule)
Dirección: Clint Eastwood. Guión: Nick Schenk, sobre el artículo periodístico de Sam Dolnick. Intérpretes: Clint Eastwood, Bradley Cooper, Dianne Wiest, Michael Peña, Taissa Farmiga, Laurence Fishburne, Andy García, Alison Eastwood, Manny Montana, Ignacio Serricchio, Robert LaSardo, Clifton Collins Jr., Jill Flint, Noel Gugliemi, Loren Dean. Duración: 116 m. Año: 2018. Producción: EE.UU.


Tras una última etapa con más películas reguleras que buenas ("Jersey Boys" -2014-, "El francotirador" -2014-, "Sully" -2016-, "15:17 Tren a París" -2018-), el gran Clint Eastwood retoma el cine de altura (y el protagonismo en pantalla) con "Mula", basada -eso sí- en hechos reales, como el resto de su reciente filmografía, siguiendo así apegado a la realidad. En este caso, el filme cuenta cómo un viejo con mucho carácter y poco apego familiar (¿nuevo reflejo autobiográfico del propio Eastwood?) acaba convertido en transportista para un cártel de la droga con el fin de sacarse un dinero extra, primero para solucionar necesidades apremiantes propias y de amigos pero luego más bien por diversión, mientras el tipo lidia con la violencia de los narcos y la DEA estrecha el cerco sobre él. Un enfoque de fondo quizá excesivamente entrañable, aunque con una historia curiosa que engancha y contada con el humanismo característico de Eastwood.
Cinelandia.
Ya que no quiso el gran Clint Eastwood cerrar su filmografía con la inolvidable "Gran Torino" (2008), dada su avanzada edad esta película no sería mala opción para hacerlo. Sin llegar al nivel de aquella, comparten un papel protagonista del mismo perfil autobiográfico con el que claramente está pidiendo perdón a su familia por no haberla priorizado en su vida, pero sin arrepentirse de haber hecho siempre lo que le ha gustado, con un mismo tono agridulce y en este caso algo más entrañable. El caso real del nonagenario que se resistió a ser engullido por la tecnología y la economía globalizada y que para sobrevivir primero, y por puro placer después, acabó como transportista para narcotraficantes le sirve para entonar un mea culpa redentor (hermoso final) que espero le haya tranquilizado su conciencia....

Álex.