El francotirador (American Sniper)
Dirección: Clint Eastwood. Guión: Jason Hall, sobre el libro de Chris Kyle, Scott McEwen y James Defelice, basado en la vida del primero. Intérpretes: Bradley Cooper, Sienna Miller, Jake McDorman, Kyle Gallner, Brian Hallisay, Luke Grimes, Max Charles, Brando Eaton, Sam Jaeger. Duración: 132 m. Año: 2014. Producción: EE.UU.


Clint Eastwood rueda con oficio una película correcta, más lograda en la puesta en escena y en sus momentos de acción que en el dibujo de Chris Kyle, el más letal francotirador estadounidense, con 160 muertes confirmadas a sus espaldas durante la guerra de Irak. Un dibujo que se antoja simplificado, por otra parte, como parece que era la mentalidad de la propia persona, trasladada a la pantalla grande, eso sí, con gran acierto por Bradley Cooper. Una visión del mundo en blanco y negro, de buenos y malos, pero al que la acumulación de víctimas entre mujeres y niños (todos casualmente retratados como culpables, parece que nunca hubo ningún inocente asesinado) le afecta emocionalmente, aunque no en su misión. Esa dicotomía es lo más interesante del filme en su recta final, que, por lo demás, no alcanza la suficiente tensión narrativa ni ofrece con mayor detalle las contradicciones tanto del personaje como de la guerra que Estados Unidos se inventó en Irak, según hoy en día ya se admite generalizadamente.
Cinelandia.
A la vista de su edad y del resultado de sus últimos trabajos (aunque ya adelanto que éste es mejor que el anterior, la mediocre "Jersey Boys" -2014-), es posible que los mejores tiempos de Clint Eastwood ya hayan pasado. Y es que el intento dramático de mostrar las devastadoras consecuencias de la guerra en la historia del francotirador más letal del ejército estadounidense, el texano Chris Kyle (notable la interpretación de Bradley Cooper), se queda muy por debajo de lo esperado por mor de un planteamiento demasiado arquetípico, un puñado de situaciones y diálogos de lo más manidos y una plausible falta de alternativas o diferentes puntos de vista que sin duda lo hubieran enriquecido. Por contra, la parte bélica del filme está rodada con nervio, brío y oficio y es lo que acaba por darle el empaque necesario, más allá de todas las polémicas generadas a su alrededor y sobre las cuales mi humilde aportación se va a limitar a interpretar que el maestro Eastwood no ha querido arrojar ninguna sombra (que sin duda la hubo) sobre un personaje que fue elevado a la categoría de leyenda por sus propios compañeros por hacer lo que él consideraba su trabajo y su obligación con su país. Una opción tan válida como cualquier otra, ni más ni menos...

Álex.