Millennium 3: La reina en el palacio de las corrientes
de aire
(Luftslottet som sprängdes) Director: Daniel Alfredson. Guión: Jonas Frykberg y Ulf Ryberg, sobre las novelas de Stieg Larsson. Intérpretes: Michael Nyqvist, Noomi Rapace, Michalis Koutsogiannakis, Anders Ahlbom, Lena Endre, Sofia Ledarp, Georgi Staykov, Per Oscarsson, Annika Hallin, Alexandra Eisenstein, Agnes Kittelsen, Jacob Ericksson, Tina Berg. Duración: 148 m. Año: 2009. Nacionalidad: Suecia. |
La culminación en cine de la trilogía "Millennium" (al menos, la sueca, pronto vendrá la norteamericana), basada en las obras del escritor Stieg Larsson (junto a "Los hombres que no amaban a las mujeres" -2009- y "La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina" -2009-) deja buen sabor de boca a pesar de que se nota la precipitación con la que se ha hecho, ya que las tres están producidas en 2009, si bien sus metrajes son generosos. En esta tercera parte se endereza el rumbo perdido por el mismo director en la segunda y confluyen con eficacia varias tramas, todas las cuales tienen como punto en común el personaje de Lisbeth Salander, francamente interesante pero quizá pelín sobredimensionado. Aun así, me sigo quedando con la primera entrega, que considero más redonda como película en sí misma, ya que esta última no podría entenderse sin las anteriores, aunque Daniel Alfredson y sus guionistas se encargan de recalcar (demasiado) bien los detalles durante el desarrollo del filme para que el espectador no pierda hilo. Cinelandia. Terminaba mi crítica de la segunda parte ("La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina" -2009-) de esta finalmente digna trilogía cinematográfica (y literaria primero, por supuesto) expresando mi convencimiento de que la calidad en esta última entrega iba a continuar decreciendo. Y me alegro de haberme equivocado, ya que sin alcanzar las cotas de interés de la primera al menos recupera la senda de otorgarle importancia a la trama y a la labor de investigación que conlleva de forma concisa, dejando a un lado la inverosimilitud que presidía aquella (aún cuando sea su continuación y se centre de forma exclusiva en la historia personal de Lisbeth Salander). Como digo, el resultado final es una entretenida saga mitad género negro mitad periodismo de investigación que se recordará por el curioso personaje antes citado (aunque sólo sea por la cantidad de veces que lo nombran, al igual que al resto del reparto, lo que supone un pequeño tirón de orejas para el guionista) y su sobrio estilo nórdico, no exento de cierta reiteración en los planteamientos y sus correspondientes resoluciones. Álex. |