Argo (Argo)
Director: Ben Affleck. Guión: Chris Terrio, sobre un artículo de Joshuah Bearman.  Intérpretes: Ben Affleck, John Goodman, Alan Arkin, Bryan Cranston, Taylor Schilling, Kyle Chandler, Victor Garber, Michael Cassidy, Clea DuVall, Rory Cochrane, Tate Donovan, Chris Messina, Adrienne Barbeau. Duración: 120 m. Año: 2012. Producción: EE.UU.


El actor Ben Affleck consolida su carrera como director ("Adiós pequeña, adiós" -2007-, "The Town: ciudad de ladrones" -2010-) con su tercera cinta. "Argo" está basada en la historia real (secreta pero desclasificada hace unos años) del rescate de seis estadounidenses que trabajaban en la embajada en Teherán y que consiguieron refugiarse en la casa del embajador canadiense, huyendo del asalto del que fue objeto por la muchedumbre en el año 1979, tras la victoria de la revolución iraní del Ayatolah Jomeini. Lo sorprendente del hecho fue el plan que se ideó para llevar a cabo la misión: fingir rodar una película de ciencia ficción para así entrar en Irán y poder salir con los norteamericanos haciéndolos pasar por parte del equipo fílmico. Una idea descabellada que, gracias a la buena dirección de Affleck, parece estar siempre en peligro de fracasar (aunque hacia el final se recalque demasiado). No se puede decir lo mismo de su actuación, limitada a poner cara de sopazas todo el rato. Ben, sigue dirigiendo pero deja ya la interpretación...
Cinelandia.
No puede ser casualidad que las tres primeras películas de un director sean todas más que potables. Empieza a tomar cuerpo la teoría entre la industria cinematográfica de que Ben Affleck sea tan mediocre actor como un cineasta camino de convertirse en un clásico, a semejanza de Clint Eastwood. Después del brillante debut que supuso "Adiós pequeña, adiós" (2007) y de la enérgica "The Town: ciudad de ladrones" (2010), ahora nos cuenta con fluidez, tensión y veracidad la rocambolesca operación de rescate que ideó la CIA para sacar de Irán a seis empleados de su embajada, asaltada por los fundamentalistas islámicos en protesta por el asilo político que Estados Unidos otorgaba en ese momento al derrocado Sha de Persia, y que se escondieron en la casa del embajador canadiense. ¡Nada menos que fingir el rodaje de una película de ciencia ficción ("Argo") en el propio país asiático para hacer pasar a los rehenes como miembros del equipo de rodaje!, para lo cual llegaron a crear una productora falsa que sirviera de tapadera; es aquí donde entra la vertiente cómica de la mano de Alan Arkin y John Goodman, simplemente inmensos, que se dedican a ridiculizar con tanta acidez como sentido del humor al Hollywood de aquellos años y a la propia industria del cine. Perfectamente intercalada con el drama y la angustia que viven el resto de protagonistas hasta saber si la operación llega a buen puerto, lo que no me cuadra tanto es la tercera vía que presenta la película con la manida y tantas veces vista situación familiar complicada que todo espía parece tener obligadamente por lo sacrificado de su trabajo y que el propio Ben Affleck no sabe transmitir adecuadamente. En todo caso, estamos delante de cine clásico con historia interesante bien contada y pensando en el espectador, más allá de que se tome en la parte final alguna licencia cinematográfica para estirar la emoción...

Álex.