Yesterday (Yesterday)
Dirección: Danny Boyle. Guión: Richard Curtis, sobre un argumento de Jack Barth y Richard Curtis. Intérpretes: Himesh Patel, Lily James, Kate McKinnon, Ed Sheeran, Ellise Chappell, Alexander Arnold, Joel Fry, Sophia Di Martino, Meera Syal, Sanjeev Bhaskar, Harry Michell, Robert Carlyle. Duración: 116 m. Año: 2019. Producción: Reino Unido y EE.UU.


Tras un extraño apagón a nivel mundial el planeta se ha olvidado de The Beatles y ha desaparecido todo rastro de esta banda fundamental en la historia de la música (y de la cultura) de la humanidad. Este giro fantasioso le sirve a Danny Boyle para armar una comedia romántica que resulta muy efectiva, a ratos brillante, en cuanto a resaltar el valor del arte en la sociedad, subrayando el sufrimiento personal del artista contrapuesto a lo agridulce del éxito y al cínico, materialista y miserable mundo del negocio de la industria discográfica (brutalmente genial la actuación de Kate McKinnon como representante de la disquera que contrata al cándido protagonista que resulta ser el ¿único? en el mundo que recuerda las canciones de Lennon, McCartney, Harrison y Ringo). El filme funciona muy bien en ese plano gracias al original guión creado por Richard Curtis (sí, el escritor de "Cuatro bodas y un funeral" -Mike Newell, 1994-, "Notting Hill" -Roger Michell, 1999- y "Love Actually" -2003-, de la que también es director). Pero, precisamente, la parte romántica es la más predecible y por momentos ñoña. Una lástima, porque el espíritu de la película es de un buen rollo contundente, con sus acertadas dosis de humor constante, y supone una prueba más (por si hacía falta comprobarlo) de que los temas del cuarteto de Liverpool siguen funcionando en sus nuevas adaptaciones (magníficos los guiños con Ed Sheeran, Lennon y los títulos de las canciones) y, por tanto, se confirman como eternas.
Cinelandia.
Conociendo la trayectoria del guionista (y director) Richard Curtis cuesta no adherirse a la teoría de que esta película es más suya que del realizador Danny Boyle, que parece limitar su aportación a los molones planos con los que suele adornarse en todos sus trabajos. Y es que tras una original idea (pero también de escaso recorrido y desarrollo cómico), la de que tras un apagón energético a nivel mundial todas las referencias a The Beatles y su legado musical han desaparecido (excepto para tres personas contadas, incluido el protagonista), emerge una comedia romántica previsible y reiterativa en sus formas respecto a trabajos anteriores marca de la casa. Apenas unos cuantos chistes con gracia, una leve crítica al mercantilismo desaforado de la industria discográfica y el mensaje excesivamente buenista (mira, bien pensado esto también podría aportarlo Boyle) de que sin la música del cuarteto de Liverpool el mundo sería un lugar peor salvan del suspenso a esta ligera cinta, apropiada para el tiempo veraniego que nos ocupa...

Álex.