Woody Allen: el documental (Woody Allen: A Documentary)
Director: Robert B. Weide. Guión: Robert B. Weide.  Intérpretes: Woody Allen, Letty Aronson, Antonio Banderas, Marshall Brickman, Josh Brolin, Dick Cavett, Penélope Cruz, John Cusack, Larry David, Seth Green, Mariel Hemingway, Annette Insdorf, Charles H. Joffe, Scarlett Johansson, Julie Kavner. Duración: 113 m. Año: 2012. Producción: EE.UU.


Tengo una especial y personal predilección por Woody Allen como cineasta: sin duda, el mejor director de comedias de la actualidad y uno de los maestros de la historia del cine. El tiempo lo confirmará... Además, dado su carácter estajanovista, podemos disfrutar de una película suya cada año. Vale, no todas son magníficas pero, como bien dice el propio Allen en esta cinta, él apuesta por la cantidad y, de ahí, ya saldrá de vez en cuando alguna obra maestra. Y esto es lo que llama más la atención del documental, adentrarnos en la forma de trabajar del genio neoyorkino, con una cabeza en constante disposición creativa y un sistema de apuntes y escritura deliciosamente caótico. Pero, si la cosa funciona... Por lo demás, asistimos a un repaso bastante exhaustivo de su filmografía: sus obras magnas y sus meteduras de pata, que de todo hay, aunque, como subraya uno de los críticos que aparece en el documental: incluso las películas más desacertadas siempre tienen algo. Entre medias se deslizan detalles personales, desde el barrio donde se crió a su sonada separación de Mia Farrow a raíz de la relación con su propia hija adoptiva (que hoy sigue siendo su pareja). Datos necesarios para humanizar al protagonista pero secundarios cuando lo que interesa es el arte de este mito viviente del cine mundial.
Cinelandia.
Extenso repaso de la prolífica carrera profesional de uno de los directores de cine más carismáticos de la historia y no tanto de la personal, donde, salvo unas pinceladas sobre su infancia y unos breves comentarios sobre sus relaciones amorosas, el director Robert B. Weide no ha querido profundizar y quizá ha dejado su trabajo un tanto incompleto (por ejemplo, ni siquiera se comenta su faceta de clarinetista). A través de entrevistas con productores, actores y actrices, críticos, su hermana y el propio Woody, y de imágenes de sus filmes obtenemos una lectura amable y entretenida de sus inicios como cómico y monologuista y de su evolución como cineasta, proceso que todavía está vivo y del que esperamos seguir disfrutando cada año (aunque no siempre acierte a conseguir una gran película, como bien queda reflejado en el propio documental).

Álex.