Vincere (Vincere)
Director: Marco Bellocchio. Guión: Marco Bellocchio y Daniela Ceselli. Intérpretes: Giovanna Mezzogiorno, Filippo Timi, Michela Cescon, Fabrizio Costella, Fausto Russo Alesi. Duración: 128 m. Año: 2009. Nacionalidad: Italia.


Aunque pudiera parecer una polémica biografía acerca del sorprendente pasado del que luego fuera dictador fascista italiano Benito Mussolini (fue editor de un periódico socialista y miembro del partido), "Vincere" se queda en el drama personal de su primera mujer, Ida Alser. Abandonada y engañada, la única salida de ésta fue reclamar la paternidad del hijo de ambos, hasta que se convirtió en una molestia para el encumbrado líder y fue humillada siendo recluida en un manicomio a modo de cárcel. La película apenas cuenta mucho más, aunque tenía material para hacerlo. Y lo que transmite tiene bien poco de vibrante. Si acaso me quedo con la irónica moraleja de cómo un virulento socialista ateo se convierte en un virulento fascista que declara el Estado confesional. Algunos utilizan las ideas simplemente para imponerse a los demás...
Cinelandia.
Ni vence ni mucho menos convence esta producción italiana debido a que casi en ningún momento consigue armonizar las dos historias que conforman el argumento, por un lado, la evolución histórica y política del dictador italiano Benito Mussolini, partiendo de un socialismo ateo radical para acabar profesando el fascismo que abrazaba a la iglesia católica, y, por otro, el secreto y oscuro drama sentimental de abandonar, repudiar y encerrar en un psiquiátrico hasta su muerte a su primera amante, Ida Dalser, no sin antes separarla del hijo bastardo que tuvo con ella y al que nunca reconoció y que acabó como su madre falleciendo en un sanatorio mental. La interrelación entre ambas es inconexa, el ritmo narrativo es aburrido a pesar del uso del documental de archivo y de cierta grandilocuencia operística y sólo los momentos más dramáticos hacia el final del filme alcanzan un nivel aceptable gracias al buen trabajo de Giovanna Mezzogiorno en el papel de la amante despechada. Ah, tampoco son moco de pavo las imágenes de los discursos del Duce (¡uno de ellos en alemán!); valiente exhibición de histrionismo que vista ahora da risa, pero que en su momento acarreó las consecuencias tan funestas que todos sabemos...

Álex.