Train To Busan (Busanhaeng)
Dirección: Yeon Sang-ho. Guión: Yeon Sang-ho. Intérpretes: Gong Yoo, Ma Dong-seok, Ahn So-hee, Kim Soo-an, Jung Yu-mi, Kim Eui-sung, Choi Woo-sik, Shim Eun-kyung, Choi Gwi-hwa, Jeon Seok-yong. Duración: 118 m. Año: 2016. Producción: Corea del Sur.


Una de zombies en la que subyacen algunas peculiaridades muy reseñables: el foco se pone no tanto en la plaga como en la actitud de los que tratan de sobrevivir. Y las opciones son el individualismo egoísta o la solidaridad común. Y el director se decanta por resaltar este segundo aspecto. En un mundo infestado de muertos vivientes (¿originados en la codicia humana?), cuyo único afán es el ansia por pegarte un bocado, la única alternativa es poner en valor lo mejor del ser humano: su capacidad para la empatía y la ayuda mutua. Y quien sólo piensa en sí mismo está condenado a morir víctima de ese virus, que entonces se eleva a la categoría de metáfora. Sólo los buenos de corazón sobreviven. Quizá sobre algún pasaje excesivamente melodramático, pero se trata de una película ciertamente interesante que propone lecturas más allá del género.
Cinelandia.
Si alguien se pregunta si una película de género de terror en realidad puede ser un drama familiar y una defensa exacerbada de la solidaridad del colectivo frente al egoísmo de la individualidad, aquí tiene la respuesta (positiva). Con ritmo, capacidad para generar tensión, factura técnica notable y elevado sentido del entretenimiento, la aparición de una epidemia que transforma en zombies a los infectados no es más que la excusa para reivindicar (de forma reiterativa y subrayada en exceso, sin duda el defecto más acusado del filme) la necesidad que tiene el ser humano de pertenecer a un colectivo, o al menos a su entorno familiar más cercano, y lo importante que es establecer empatías con nuestros semejantes en busca del bien común dejando a un lado los intereses individuales. Un ejemplo de lo que se conoce como subversión del género, con el objetivo de revitalizarlo y enriquecerlo a través de aportar otras lecturas o puntos de vista más propios de otros estilos cinematográficos.

Álex.