Toy Story 4 (Toy Story 4)
Dirección: Josh Cooley. Guión: Andrew Stanton y Stephany Folsom, sobre un argumento de John Lasseter, Andrew Stanton, Josh Cooley, Valerie LaPointe, Rashida Jones, Will McCormack, Martin Hynes y Stephany Folsom. Voces: Tom Hanks, Tim Allen, Annie Potts, Tony Hale, Keegan-Michael Key, Madeleine McGraw, Christina Hendricks, Jordan Peele, Keanu Reeves, Ally Maki, Jay Hernandez, Lori Alan, Joan Cusack, Bonnie Hunt, Kristen Schaal. Duración: 100 m. Año: 2019. Producción: EE.UU.


A estas alturas y tras esta cuarta entrega, Pixar ha más que ratificado que "Toy Story" es una saga de gran nivel, tanto en el aspecto técnico (no hay más que ver la escena inicial de la lluvia de "Toy Story 4") como en el argumental, siempre con una gran habilidad para combinar en sus historias la fascinante visión de la infancia con las lecturas vitales para adultos. En este caso, no es distinto. Y eso que la tercera parte planteaba un posible final con la marcha del niño, Andy, a la universidad. Pero estábamos equivocados. Claro, el protagonista no era el chaval, nunca lo fue. ¡Eran los juguetes! Por eso, esta nueva entrega sigue funcionando muy bien: son esos mismos muñecos peculiares, volcados en hacer disfrutar a los chicos, los que bordan nuevas aventuras con distintos humanos. Y, aun con todo, conociendo ya a los principales juguetes, sus encuentros y desencuentros, lo mejor sigue siendo esa capacidad para hacer aparecer nuevos y estupendos personajes. En este caso, el inocentón tenedor Forky, los divertidos peluches Ducky y Bunny, la aparentemente siniestra Gabby Gabby y sus secuaces terroríficos (a lo Chucky), el motorista Duke Caboom... No parece que esto pueda acabarse aquí.
Cinelandia.
Como toda regla (en este caso la de que cualquier saga cinematográfica tiende a empeorar su nivel) tiene su excepción, aquí está la cuarta entrega de una que no desfallece y que mantiene un nivel altísimo desde el principio. Y la clave está en que es puro ADN Pixar: entretenimiento, humor y aventuras para los más pequeños y lecciones vitales para los más adultos, en definitiva, disfrute para todos. Aun así no estaría de más que, ahora que Woody se ha hecho mayor y necesita seguir madurando en busca de su propio camino después de darnos en los cuatro filmes un máster de primer nivel sobre lo que significa la amistad sin reservas, acabara aquí no vaya a ser que al final se tuerza...

Álex.