Una segunda madre (Que Horas Ela Volta?)
Dirección: Anna Muylaert. Guión: Anna Muylaert. Intérpretes: Regina Casé, Camila Márdila, Karine Teles, Lourenço Mutarelli, Michel Joelsas, Helena Albergaria, Antonio Abujamra. Duración: 114 m. Año: 2015. Producción: Brasil.


Nos encontramos ante una historia aparentemente sencilla que narra la vida cotidiana de una criada en Sao Paulo, muy lejos del pueblo donde dejó hace años a sus propios hijos para cuidar a los de los señores de la casa, y de cómo su rutina salta por los aires con la llegada de su niña ya no tan pequeña. La chica quiere estudiar una carrera, se desenvuelve como una mera invitada, y no como la hija de la sirvienta, y trae de cabeza al señor, a la señora, al señorito... y a la propia madre, incapaz de aceptar una relación de igual a igual en la casa para la que trabaja y donde ejerce un rol de sumisión total. Es decir, que, poco a poco, y detrás de una comedia costumbrista que da en todo momento un marco de verosimilitud absoluta al filme (también gracias a la espectacular actuación de Regina Casé), aparecen distintas lecturas que remiten a la lucha de clases y a la guerra de sexos, a la idea de que el esfuerzo propio que nos labramos es más valioso que la condición social de la que provenimos. Además, permanentemente se dibuja el tremendo drama de una madre que acaba demostrando más cariño por el hijo de sus señores que por los suyos propios, alienada por su labor. Hablando muy certeramente y con voz propia, "Una segunda madre" parece inspirarse también en planteamientos ya expuestos en "El sirviente" (Joseph Losey, 1963) o "El ángel exterminador" (Luis Buñuel, 1962).
Cinelandia.
Sencilla, simpática y directa historia en la que la llegada de la hija de una empleada de hogar a la casa en la que trabaja después de diez años sin verse provoca un moderado cataclismo sacando a relucir las sempiternas lucha de clases y guerra de sexos con los propietarios de la misma. Si bien se agradece el tono distendido no exento de ironía que caracteriza al filme, no hubiera estado de más cierta complejidad o un mayor peso dramático que contrastara con lo anterior para haberle concedido una dimensión superior, no en vano hay situaciones complicadas que finalmente son resueltas con cierta ligereza. No obstante, me reitero en que las virtudes son mayores que los defectos (unas interpretaciones frescas y una facilidad pasmosa para plantear las diferentes cuestiones que aborda se encuentran entre ellas) y, por tanto, no son gratuitas las alabanzas que ha recibido esta cinta brasileña, sin duda botón de muestra de la realidad social que vive el país y que se agradece poder contemplar a este lado del charco...

Álex.