La seducción (The Beguiled)
Dirección: Sofia Coppola. Guión: Sofia Coppola, sobre el guión de Albert Maltz e Irene Kamp (como Grimes Grice), a su vez basado en la novela de Thomas Cullinan. Intérpretes: Colin Farrell, Nicole Kidman, Kirsten Dunst, Elle Fanning, Oona Laurence, Angourie Rice, Addison Riecke, Wayne Pére, Emma Howard, Matt Story. Duración: 93 m. Año: 2017. Producción: EE.UU. |
Después de varios tropiezos en su filmografía ("María Antonieta" -2006-, "The Bling Ring" -2013-), Sofia Coppola aborda una nueva versión de "El seductor" (Don Siegel, 1971) y, aunque la historia sigue las mismas líneas en términos generales, se aprecian algunas importantes diferencias. La más evidente es de estilo: mientras que Siegel aportaba brío en la dirección y fuerza en sus personajes, Coppola (Sofia) opta por una ambientación sombría y unas maneras pausadas. Mientras que Siegel da importancia al protagonista masculino (Clint Eastwood), Coppola prefiere otorgar más relevancia a la visión femenina de las mujeres sureñas encerradas junto con un soldado nordista herido. Mientras que Siegel muestra un por momentos violento juego de seducción, Coppola trata de ser más sutil y limar aristas. También hay una leve (pero significativa) variación al final: frente a la verja abierta de Siegel, que puede implicar una salida para las mujeres, Coppola concluye con una verja cerrada y las protagonistas aparentemente condenadas a su clausura en vida. Además, llama la atención que en la versión moderna se haya perdido el personaje de la esclava negra: quizá Coppola ha querido centrar totalmente su historia en el perverso juego de seducción, pero se pierde un componente realista importante. Concluyamos que, estando bien la propuesta de Sofia Coppola, prefiero la de Don Siegel. Cinelandia. Sin haber visto el filme original de Don Siegel ("El seductor", 1971), esta nueva versión de Sofia Coppola se me antoja excesivamente plana y sosa, algo raro para un enfoque femenino de un asunto que podría haber dado mucho más de sí en cuanto a los diferentes matices que aporta, como es el del juego seductor que se establece entre un grupo de señoritas sureñas y un soldado de la Unión herido al que cobijan y ayudan. Todo parece muy medido, excesivamente rodado e incluso previsible, con un simplón Colin Farrell muy a merced de sus "benefactoras". Un poco más de complejidad, perversión y sutilidad no le hubiera venido mal a este tan visible y audible filme (lo mejor es su ambientación y fotografía) como intrascendente... Álex. |