Interesante historia de la secretaria inglesa que, durante los años 50, filtró a la Unión Soviética documentación clave para el desarrollo del arma nuclear, hasta entonces en manos únicamente del Bloque Occidental. Su decisión a la larga, como hoy bien sabemos, fue acertada: la bomba atómica en manos de ambas partes, básicamente Estados Unidos y la Unión Soviética, llevó a que ningún bando atacara al otro por miedo al fin de la vida en la Tierra. Cinelandia. |