Ready Player One (Ready Player One)
Dirección: Steven Spielberg. Guión: Ernest Cline y Zak Penn, sobre la novela de Ernest Cline. Intérpretes: Tye Sheridan, Olivia Cooke, Ben Mendelsohn, Mark Rylance, Simon Pegg, T.J. Miller, Hannah John-Kamen, Win Morisaki, Philip Zhao, Julia Nickson, Kae Alexander, Lena Waithe, Ralph Ineson. Duración: 140 m. Año: 2018. Producción: EE.UU.


Impresiona cómo Steven Spielberg, a su ya respetable edad de 71 años y emulando a ese otro gran genio y aún más prolífico Woody Allen, ha sido capaz de embarcarse como director en cuatro películas en los últimos cuatro años, cada una tan diferente de la otra y al mismo tiempo manteniendo alto el nivel de calidad ("El puente de los espías" -2015-, "Mi amigo el gigante" -2016-, "Los archivos del Pentágono" -2017- y la que ahora nos ocupa, "Ready Player One" -2018-). La nueva obra es un maravilloso filme de aventuras y entretenimiento, posiblemente el más logrado en años en esta faceta (y eso es mucho decir hablando del creador de "Tiburón" -1975-, "E.T., el extraterrestre" -1982- o las sagas "Indiana Jones" (1981, 1984, 1989 y 2008) y "Parque Jurásico" (1993 y 1997). Palabras mayores. Pero Spielberg ha logrado deslumbrar con igual fuerza en "Ready Player One", con el aliciente, además, de haber sabido adaptarse a los tiempos actuales con una película que habla de redes sociales virtuales y parece hecha por cualquier joven talento, cuando tiene el innegable sello de la casa: el sempiterno protagonista de familia desestructurada que acaba consiguiendo lo imposible. El filme plantea un futuro en el que, mientras la sociedad se viene abajo y nadie se ocupa de nadie, todo el mundo permanece constantemente conectado al programa de realidad virtual Oasis para intentar encontrar una felicidad vacua a través de su avatar. No estamos tan lejos, ojo. Lo bueno es que Spielberg se las apaña no sólo para contar estupendamente esta historia de rebeldía juvenil, con unos efectos y un sentido de la aventura espectaculares, sino que también aporta una lectura de fondo existencialista siendo al mismo tiempo entretenido, mientras navega como pez en el agua en un argumento absolutamente saturado de referencias cinéfilas que, a buen seguro, habrá hecho las delicias del director tanto como del asombrado espectador.
Cinelandia.