Polvo serán
Dirección: Carlos Marqués-Marcet. Guión: Coral Cruz, Carlos Marqués-Marcet y Clara Roquet. Intérpretes: Ángela Molina, Alfredo Castro, Mònica Almirall, Patrícia Bargalló, Manuela Biedermann, Alván Prado, Johnny Prado, Emma Corbacho. Duración: 106 m. Año: 2024. Producción: España, Suiza e Italia.


Un ejercicio arriesgado pero ingenioso de afrontar una temática tan delicada como la de la eutanasia, introduciendo momentos musicales que no solo dan alivio al desarrollo de la trama, sino que son consecuentes con la vida de los protagonistas, artistas del mundo del teatro y las artes, y con una familia un tanto desestructurada. El filme plantea la decisión de una mujer mayor y enferma de acabar con su vida (eso sí, en una clínica legal en Suiza), si bien plantea otras cuestiones éticas no menores: ¿la pareja sana puede seguirla en ese viaje sin retorno? ¿Los hijos tienen algo que decir en el asunto o es un paso exclusivo de cada cual? Unas buenas y pertinentes reflexiones en un formato muy interesante y que permite asistir a espléndidas actuaciones, sobre todo, de Alfredo Castro como el padre y Mònica Almirall como una de las hijas.
Cinelandia.
Original y arriesgada propuesta de la cual consigue salir airoso Carlos Marqués-Marcet ("Tierra firme" -2019-), el cual presenta en formato musical (excelentes coreografías) el drama de la eutanasia como solución a una muerte lo más indolora posible. El debate que realmente plantea el filme es que se convierta en un derecho a transformarla en suicidio asistido cuando uno pierde las ganas de vivir (notable Alfredo Castro) porque, en una demostración excesiva de amor arrebatado, se quiere ir con su pareja (con su desparpajo y peculiaridad habitual Ángela Molina), que es la que realmente se enfrenta a una enfermedad terminal, cuando además tienen hijos y nietos. Pues este casi delirante planteamiento es el que consigue llevar adelante, con sus irregularidades y altibajos, dejando claras las posturas de cada miembro de la familia, sacando a la luz sus diferencias y miserias (especialmente el egocentrismo y vanidad de la pareja protagonista, nunca mejor dicho al representarlos como componentes del mundo artístico), dando espacio al espectador para que se posicione y, como decía al principio, rompiendo el tono dramático con unos números musicales de categoría.
Álex.