Papicha, sueños de libertad (Papicha)
Dirección: Mounia Meddour. Guión: Mounia Meddour, con la colaboración de Fadette Drouard. Intérpretes: Lyna Khoudri, Shirine Boutella, Amira Hilda Douaouda, Yasin Houicha, Zahra Manel Doumandji, Marwan Zeghbib, Aida Ghechoud, Meriem Medjkrane, Samir El Hakim, Amine Mentseur, Khaled Benaïssa, Abderrahmane Boudia, Malek Ghellamat, Lina Boudraa, Slimane Bourdous. Duración: 108 m. Año: 2019. Producción: Argelia, Francia, Bélgica y Catar. |
En los años 90, la sociedad argelina se enfrentó al auge del islamismo como una visión dogmática y radical de la religión musulmana, lo que conllevó una presión terrorista para limitar libertades y, en el caso concreto de las mujeres, para obligarlas a taparse, a callarse y, en general, relegarlas a un papel subordinado bajo control absoluto. En este contexto, la película narra con bastante convicción y buena mezcla de drama costumbrista y reivindicación social la vida de unas jóvenes estudiantes que solo pretenden divertirse y disfrutar de la vida. Finalmente, algo tan lúdico e inocente como un desfile de moda se convertirá en el símbolo de la lucha por la libertad. A destacar el intenso papel que interpreta Lyna Khoudri. Cinelandia. No son pocas ya las cintas que muestran el terrible impacto social y humano que provoca el integrismo islámico, más cruel y estremecedor (si se me permite) cuando sus detestables métodos y medievales argumentos se desarrollan en los propios países árabes. Esto es lo que con honestidad, valentía y buen hacer cinematográfico nos regala la directora Mounia Meddour, a través de un grupo femenino de estudiantes que solo quieren vivir la vida acorde a su edad y, de alguna forma, colaborar a modernizar su Argelia natal allá por los años 90 del siglo pasado. La acertada mezcla del severo drama que les toca vivir (agravado evidentemente por el hecho de ser mujeres) con su refrescante vitalidad y sus ganas por revertir la situación es motivo suficiente para visionar este notable filme, al que solo le sobran algunos momentos desvaídos en su penúltimo acto. Álex. |