El olvido que seremos
Dirección: Fernando Trueba. Guión: David Trueba, sobre la novela de Héctor Abad Faciolince. Intérpretes: Javier Cámara, Nicolás Reyes Cano, Juan Pablo Urrego, Patricia Tamayo, María Tereza Barreto, Laura Londoño, Elizabeth Minotta, Kami Zea, Luciana Echeverry, Camila Zárate, Whit Stillman, Laura Rodríguez, Luz Myriam Guarín, Aída Morales, Gustavo Angarita. Duración: 136 m. Año: 2020. Producción: Colombia.


Fernando Trueba apuesta por un enfoque plenamente humanista para realizar un filme sobre una buena persona, la historia real de un médico cuya máxima preocupación fue concienciar de la importancia de la salud pública para evitar transmisiones de enfermedades en su país, Colombia. Todo esto nos suena mucho en los actuales tiempos del coronavirus y, de hecho, en España ya teníamos buena conciencia de su relevancia desde hace tiempo. No así en la Colombia de los años 70 y 80, donde, además, el enfrentamiento político-militar llevó a señalar al doctor Héctor Abad como un enemigo del Gobierno y objetivo de los paramilitares. Una locura. Ahora, gracias a la adaptación cinematográfica de la historia recreada por el hijo del protagonista, al menos podemos guardar buena memoria de su legado y, desde luego, disfrutar de una sublime actuación de Javier Cámara, absolutamente mimetizado como el modesto gran héroe de esta película, que acierta en mayor medida por la ambientación y la galería de personajes y situaciones.
Cinelandia.
Puede que me esté haciendo mayor y que donde antes veía afectación y sensiblería ahora encuentre verdadera emoción y honestidad. Esto último, junto con la bonhomía del personaje interpretado maravillosamente por Javier Cámara, es lo que me transmite el bellísimo filme de Fernando Trueba (con el talento de su hermano David como guionista) sobre la vida del doctor Héctor Abad, un cuerpo extraño en la violenta Colombia de los años 70-80 del siglo pasado por su carácter humanista, generoso y bondadoso en extremo, impulsor de la sanidad pública y de la docencia universitaria. Sin duda, un trabajo inolvidable y vibrante, para mí la mejor película del director madrileño.

Álex.