La gran aventura de Mortadelo y Filemón
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Ciertamente, Benito Pocino y Pepe Viyuela son los mejores Mortadelo y Filemón posibles. Las caracterizaciones, vestuarios, decorados, efectos especiales (magníficos), carreras y golpes reproducen con una fidelidad cercana a la devoción el mundo creado por Francisco Ibáñez para su clásico tebeo de 1958 (bueno, también incluye otros del mismo autor como "Rompetechos" y "13 Rue del Percebe"). Nada que objetar, en fin, a las formas. Pero el problema surge con el fondo, la historia, que sencillamente es confusa, incoherente y a veces (¡ay!) no muy divertida. Vale que se inspire uno en la surrealista vida de los agentes más desastrosos de la T.I.A., pero, ¡hombre!, cuéntame algo con más sentido. Cinelandia. Una lástima. Antes de ver la película, podía pensarse que el principal problema de adaptar unos personajes de cómic como Mortadelo y Filemón al cine era la caracterización y la adaptación de un mundo tan particular. En cambio, en "La gran aventura de Mortadelo y Filemón" todo eso se ha superado con nota. El mundo de Ibáñez está fiel y brillantemente adaptado, sólo que después de eso alguien se ha olvidado de escribir un guión. Si descartamos los archiconocidos gags del cómic, que harían reír a cualquiera, el resto de la película es absurda e incluso grosera. Por favor, señor Ibáñez, si como todo el mundo dice se está preparando una segunda parte ¡eche usted una mano con el guión! Deckard. |