Marte (The Martian)
Dirección: Ridley Scott. Guión: Drew Goddard, sobre la novela de Andy Weir. Intérpretes: Matt Damon, Jessica Chastain, Kate Mara, Chiwetel Ejiofor, Kristen Wiig, Jeff Daniels, Benedict Wong, Sebastian Stan, Mackenzie Davis, Michael Peña, Sean Bean, Donald Glover, Aksel Hennie. Duración: 144 m. Año: 2015. Producción: EE.UU.


Ridley Scott vuelve a demostrar lo gran narrador de historias que es con "Marte", un apabullante filme pleno de ritmo que sigue las desventuras de un astronauta accidentalmente abandonado en el Planeta Rojo, de cómo debe intentar sobrevivir y de qué manera debe ser rescatado estando a millones de kilómetros de distancia de la Tierra. Si sólo este planteamiento no interesa... La cuestión es que la cinta se desenvuelve magistralmente en su faceta visual (no extraña tratándose de Scott) pero también actoral, demostrando ser un emocionante drama humano dentro de un contexto tan mayúsculo como es el espacio exterior, y con un Matt Damon que lo borda (¿este hombre hace alguna actuación mala?). El desarrollo de la película (y su resolución) se basa en el conocimiento científico humano y en la capacidad de superación del Hombre encarnada en ese astronauta perdido que deberá ingeniárselas solo o en los responsables de la NASA que tratan de superar el abismo que les separa. No hay rastro de lado oscuro, salvo el de las imperfecciones de toda creación humana, que, precisamente, sólo el avance de la ciencia permite evitar o reducir al mínimo. En este sentido, son impresionantes los momentos en los que una simple lona puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Por tanto, "Marte" es una oda al progreso humano sin límites y marca ciertas distancias con otras producciones recientes de ciencia ficción, como "Interstellar" (Christopher Nolan, 2014), más ambiciosa, filosófica y metafísica, y, por ello, más trascendente, o "Gravity" (Alfonso Cuarón, 2013), un drama tan espectacular como íntimo. Lástima que se subrayen en exceso ciertos pasajes digamos que patrioteros típicamente americanos.
Cinelandia.
Como lo cortés no quita lo valiente, por alejado que pueda estar del tono optimista y la confianza en el semejante que desprende el nuevo filme de Ridley Scott viendo el panorama real tan desalentador que tenemos, no puedo por menos que agradecerle que haya hecho el esfuerzo de recordarnos que el Hombre es capaz también de lo mejor en situaciones desesperadas y que, con determinación, cooperación y empatía con el prójimo, el futuro podría pintar mejor de lo que lo hace. Y es que no deberíamos ver como a un marciano (gracias de nuevo por la ironía, amigo Ridley) al personaje de Matt Damon, dado por muerto erróneamente por el resto de la tripulación al ejecutar la maniobra de evacuación y despegue como final de una misión en el llamado Planeta Rojo y que se ve solo en un entorno donde la posibilidad de supervivencia es casi nula y la ayuda más cercana desde la Tierra está a millones de kilómetros de distancia, que lejos de rendirse utiliza toda su sabiduría y los recursos a su alcance para proporcionarse agua y comida. Alejado de trascendentalismos y del intimismo que la soledad del protagonista podría darnos a entender, es un filme de aventuras de la vieja escuela, narrado con ritmo, sentido del humor, bien interpretado, sin hueco para el aburrimiento y con un carácter didáctico y aleccionador como ya he dicho de agradecer, y si bien es lícito interpretarlo a la ligera como un blockbuster hollywoodiense más, no creo que sea la lectura más justa para uno de los mejores trabajos de los últimos tiempos del director británico.

Álex.