The Imitation Game -Descifrando Enigma- (The Imitation Game)
Dirección: Morten Tyldum. Guión: Graham Moore, sobre el libro de Andrew Hodges. Intérpretes: Benedict Cumberbatch, Keira Knightley, Matthew Goode, Charles Dance, Mark Strong, Allen Leech, Tuppence Middleton, Rory Kinnear, Matthew Beard. Duración: 114 m. Año: 2014. Producción: Reino Unido y EE.UU.


Un biopic inusual que contiene dos potentes lecturas. Por un lado, los enormes esfuerzos de un grupo de británicos, encabezados por el matemático Alan Turing, para intentar vencer al nazismo en plena II Guerra Mundial tratanto de descifrar las órdenes que dirigían sus operaciones de ataque, encriptadas por la mejor máquina construida hasta entonces, Enigma. Por otro, lo implacable de una sociedad supuestamente democrática como el Reino Unido en su persecución de la homosexualidad, encarnada en las preferencias sexuales del protagonista, cuya espectacular recreación por parte de Benedict Cumberbatch hace totalmente creíble una personalidad compleja y asocial realmente difícil de interpretar sin caer en la pantomima. La metáfora del encriptamiento tanto como base para ganar la guerra al "mal" como para esconder sentimientos "prohibidos" funciona bastante bien en un filme que quizá peca de un exceso de formalismo estético, muy dirigido a ser una baza de cara a los Oscar.
Cinelandia.
Como el turrón en Navidad, es inevitable que en la carrera a los Oscar aparezca el típico producto enfocado a ganar los más posibles, apoyado en una campaña mediática promocional, el presunto fervor del público y en la rampa de lanzamiento que, en los últimos años, se ha convertido el Festival de Toronto, cita ineludible para la industria del celuloide. Y, por ahora, este correcto, ortodoxo y pulcro filme que no se sale ni un milímetro de la fórmula requerida es el elegido, por mucho que sólo alcance altura gracias al portentoso trabajo de Benedict Cumberbatch en la piel del matemático Alan Turing, un héroe de la II Guerra Mundial que no necesitó del campo de batalla para serlo, atormentado por sus secretos y que lejos del reconocimiento encontró en el suicidio el alivio a su torturada existencia. Personalmente espero que, no siendo en ningún caso un filme menor, los académicos se decanten por otra opción en el apartado de mejor película, ya que parece inevitable la nominación, y reconozcan como se merece el trabajo del actor británico.

Álex.