El Gran Hotel Budapest (The Grand Budapest Hotel)
Dirección: Wes Anderson. Guión: Wes Anderson, sobre un argumento de Wes Anderson y Hugo Guinness e inspirado en las novelas de Stefan Zweig. Intérpretes: Ralph Fiennes, Tony Revolori, F. Murray Abraham, Mathieu Amalric, Adrien Brody, Willem Dafoe, Jeff Goldblum, Harvey Keitel, Jude Law, Bill Murray, Edward Norton, Saoirse Ronan, Jason Schwartzman, Léa Seydoux, Tilda Swinton, Tom Wilkinson, Owen Wilson. Duración: 100 m. Año: 2014. Producción: EE.UU. y Alemania.


El estadounidense Wes Anderson ("Los Tenenbaums: una familia de genios" -2001, "Viaje a Darjeeling" -2007-, "Moonrise Kingdom" -2012-) realiza su mejor trabajo con "El Gran Hotel Budapest", una película de muy lograda ambientación en un país imaginario de la Europa de entreguerras. En esta ocasión, la historia (visualmente atractiva, por momentos impactante) engancha al espectador más que en sus filmes previos porque su desbordante galería de personajes (todos actores de primer nivel que se conforman con breves apariciones donde se nota que han disfrutado mucho) rebosan de una humanidad que está por encima de un argumento que, como suele ser habitual en Anderson, no importa demasiado. Pero el caso es que uno no se queda, como otras veces, con la pretendida sonrisa congelada, sino que en "El Gran Hotel Budapest" hay un evidente cariño tanto por los protagonistas y sus acciones como por una época pasada tan decadente como evocadora. Y, por encima de todo, está un Ralph Fiennes que se sale.
Cinelandia.
Después de dos intentos creo que ni me voy a hacer del club de fans de Wes Anderson ni va a haber un tercero; me resulta imposible conectar con ese universo tan absurdo y hueco que propone, sin un hilo argumental al que agarrarse y que acaba resultando un simple desfile de caras conocidas por los repartos tan corales que utiliza. Al menos en "Moonrise Kingdom" (2012) había una enseñanza o moraleja que extraer y que al tiempo vertebraba la historia, pero aquí, más allá de un homenaje a la añeja e imperial Europa de entreguerras del siglo pasado, no veo nada que me resulte interesante ni medianamente gracioso. No me vale el envoltorio, aunque sea visualmente atractivo, ni que la banda sonora de uno de los mejores en la actualidad en este apartado como es Alexandre Desplat sea meritoria, si dentro no hay nada, y esto es lo que me ocurre con este director...

Álex.