Gloria Mundi (Gloria Mundi)
Dirección: Robert Guédiguian. Guión: Robert Guédiguian y Serge Valletti. Intérpretes: Ariane Ascaride, Jean-Pierre Darroussin, Gérard Meylan, Anaïs Demoustier, Robinson Stévenin, Lola Naymark, Grégoire Leprince-Ringuet, Angelica Sarre, Pauline Caupenne, Yann Trégouët, Mathilde Ulmer, Diouc Koma, Adrien Jolivet, Karine Angeon, Ferdinand Verhaeghe. Duración: 106 m. Año: 2019. Producción: Francia e Italia.


El cine social de Guédiguian se viste en esta ocasión de duro pesimismo para retratar la completa insolidaridad entre las propias clases bajas, condenadas no solo a la precariedad laboral general sino a la cruel competencia entre sí. Ni los lazos familiares se salvan del triste panorama. Solo un sacrificio final argumentalmente excesivo y una pincelada de esperanza en las generaciones futuras salvan la obra del más negro de los fatalismos. Cierto que un filme no tiene por qué ofrecer salidas a los problemas que plantea, desarrollados en cualquier caso con solvencia e interés, pero se agradecería alguna alternativa...
Cinelandia.
Una verdadera lástima que la querencia por el tremendismo y, en última instancia, por la inverosimilitud del director galo Robert Guédiguian eche por tierra planteamientos interesantes de calado humanista y social como los que suele plantear (en la terminología actual se le podría denominar a su cine, con todo respeto, como la "marca blanca" del que practican Ken Loach o los hermanos Dardenne). Y es que no es la primera vez que le ocurre (me viene a la memoria "Una historia de locos" -2015-), que tras un inicio y desarrollo correctos se le va la mano en la parte final; aquí, con su cercanía habitual a los personajes y su marcado compromiso con los núcleos familiares, reflexiona sobre la precariedad laboral y la insolidaridad que se está extendiendo entre iguales, sean parientes o compañeros de trabajo, pero también de segundas oportunidades que provocan esperanza. El problema es que para acabar pintando un panorama trágico y desolador, algo totalmente lícito, recurre a situaciones más efectistas que reales (pura contradicción) y eso acaba socavando la credibilidad del filme.

Álex.