Efectos secundarios (Side Effects)
Director: Steven Soderbergh. Guión: Scott Z. Burns.  Intérpretes: Rooney Mara, Channing Tatum, Jude Law, Catherine Zeta-Jones, Carmen Pelaez, Marin Ireland, Polly Draper, Haraldo Alvarez, James Martinez. Duración: 106 m. Año: 2013. Producción: EE.UU.


Aunque la película se presenta inicialmente como una entretenida y aguda reflexión sobre el mercado de nuevos medicamentos antidepresivos, su avanzada composición y escondidos efectos secundarios, y el papel que los médicos estadounidenses tienen en su prescripción debido a su relación comercial con las farmacéuticas, con el paso del metraje empieza a desvelarse la trama de thriller que se esconde y que, en realidad, utiliza la cuestión de las medicinas como mera excusa, a modo de mcguffin hitchcockiano. Y, si bien es cierto que parece más atractiva la trama de las "revolucionarias" pastillas con consecuencias negativas no advertidas, mientras que la otra, la que se acaba imponiendo, puede sonar a algo más convencional (y, por otro lado, más creíble), en realidad las dos historias están bastante bien manejadas por el director para jugar con el espectador y llevarle donde quiere. De hecho, la ironía de los medicamentos se mantiene hasta el final, cuando se comprueba qué efectos reales tienen con una persona "normal". En resumen, buen thriller sobre un armazón argumental muy interesante, magníficamente dirigido y estupendamente interpretado sobre todo por Rooney Mara, Jude Law y Catherine Zeta-Jones. Por favor, Soderbergh, no te jubiles tan pronto.
Cinelandia.
Posiblemente el mejor trabajo de Steven Soderbergh dentro de este periodo de actividad frenética que ha desembocado en lo que dicen será su retirada. Anunciada como su penúltima película y concursante en la pasada Berlinale (la última está ya anunciada para el próximo Festival de Cannes 2013, tal es su grado de estajanovismo), es un sólido thriller rodado con su archiconocida destreza técnica y su tonalidad fotográfica habitual, en el cual la trama se sigue con interés y todos los giros de guión tienen sentido y están bien atados. A lo que hay que sumar unas buenas interpretaciones (inquietante Rooney Mara y solvente Jude Law) y una preocupante, aunque leve, crítica al entramado del mercado farmacéutico y el papel que juegan los doctores dentro del mismo.

Álex.