The Disaster Artist (The Disaster Artist)
Dirección: James Franco. Guión: Scott Neustadter y Michael H. Weber, sobre el libro "The Disaster Artist: My Life Inside The Room, The Greatest Bad Movie Ever Made", de Greg Sestero y Tom Bissell. Intérpretes: James Franco, Dave Franco, Alison Brie, Josh Hutcherson, Seth Rogen, Zac Efron, Sharon Stone, Bryan Cranston, Kate Upton, Hannibal Buress, Jacki Weaver, Nathan Fielder, Jerrod Carmichael, Zoey Deutch, Ari Graynor, Melanie Griffith, Judd Apatow, Tommy Wiseau. Duración: 104 m. Año: 2017. Producción: EE.UU.


La trama de cómo se rodó la calificada como una de las peores películas de la historia (aunque habría mucho donde elegir), "The Room" (Tommy Wiseau, 2003), es contada por James Franco con iguales dosis de frikismo y respeto. Por un lado, no puede tomarse muy en serio una obra (la original) que es un desastre de arriba abajo, desde el guión a los personajes, y, de hecho, el público reaccionó en su momento riéndose de ella, lo que, irónicamente, acabó convirtiéndola en un éxito de culto. Pero, por otro, el filme de Franco (que hace una interpretación mimética excelente del supuesto "artista") se muestra admirado por el empeño de un tipo que realmente pensaba que estaba haciendo un gran trabajo. Esa combinación de elementos da una profundidad inusitada a "The Disaster Artist" y convierte la película en una metáfora de los tantos y tantos sueños rotos del mundo del cine.
Cinelandia.
Extravagante e inclasificable (para bien) Concha de Oro de la 65ª edición del Festival de San Sebastián, me resulta difícil el catalogarla de comedia porque no se puede parodiar lo que ya es totalmente absurdo en su origen. Y no tanto la considerada peor película de la historia (“The Room” -Tommy Wiseau, 2003-), que también, sino como su absoluto y omnipresente creador, menudo personaje sin temor al ridículo el tal Wiseau. Por supuesto que tiene momentos realmente divertidos, pero es que James Franco se toma tan en serio el patetismo de este señor y su particular interpretación sin talento alguno del "sueño americano", que no puedes por menos que sentir cierta amargura, al tiempo que reconoces la originalidad y desenfado de la propuesta, lo atractivo que resulta siempre el cine dentro del cine y que, al fin y al cabo, quizá no sea más que un bonito canto a la amistad verdadera...

Álex.