Un dios salvaje (Carnage)
Director: Roman Polanski. Guión: Roman Polanski y Yasmina Reza, sobre la obra de teatro "God Of Carnage", de Yasmina Reza. Intérpretes: Kate Winslet, Christoph Waltz, Jodie Foster, John C. Reilly. Duración: 79 m. Año: 2011. Producción: Francia, Alemania, Polonia y España.


Pocas veces se han retratado con tanta crudeza, fina ironía y buen hacer cinematográfico los bajos instintos que fluyen debajo de los formalismos convencionales a los que nos obliga la sociedad (y cómo esa confrontación nos impide resolver los problemas) como lo hace Roman Polanski en "Un dios salvaje". No he visto la obra de teatro original pero otro punto a favor de la versión en pantalla grande es lo poco de teatral que tiene, ya que el director atrapa la esencia de la historia original para adaptarla con eficacia el medio fílmico y, a pesar de transcurrir entre cuatro paredes, dotarla de tal movimiento trepidante que casi parece una película de acción. Obra y gracia de un guión milimétrico y de una realización impecable. Ni que decir tiene que las espectaculares actuaciones del cuarteto protagonista refuerzan sobremanera la película: cada uno en su registro adecuado, aunque parece pelín desvaído el papel de Kate Winslet, no su actuación. Si acaso hay que achacar algo, yo diría que echo en falta una vuelta de tuerca definitiva en el crescendo emocional del final, aunque la conclusión me parece de quitarse el sombrero.
Cinelandia.
Tuve la suerte de disfrutar la obra teatral basada en el texto de Yasmina Reza y ahora no he podido evitar repetir experiencia de la mano del maestro Polanski, el cual se ha apoyado en la propia autora para definir el guión y en cuatro pedazo de actores y actrices para mantener vivo el espíritu y la esencia de la misma trasladándolos a un formato cinematográfico. Mordacidad, causticidad, ironía y derrumbe de los convencionalismos sociales inundan los espléndidos diálogos de los dos matrimonios que se reúnen amistosamente para zanjar la agresión del hijo de uno de ellos al del otro y acaban como el rosario de la aurora, sacando todos a flote esa bestia salvaje que llevamos dentro y provocando momentos verdaderamente divertidos que se antojan pocos en un metraje inusualmente corto, pero es que no había para más... Aunque en mi caso la capacidad de sorpresa estaba agotada, ello no me impide considerla una de las mejores cintas del año y un nuevo éxito del cineasta franco-polaco.

Álex.