Después de Lucía
Director: Michel Franco. Guión: Michel Franco.  Intérpretes: Tessa Ia, Hernán Mendoza, Gonzalo Vega Sisto, Tamara Yazbek Bernal, Paloma Cervantez, Juan Carlos Barranco, Francisco Rueda, Diego Canales, José María Torre, Carmen Beato, Marco Treviño. Duración: 93 m. Año: 2012. Producción: México y Francia.


Tan pausado como terrorífico este relato que se inicia con la angustia vital por la pérdida de la esposa y madre de un hombre y su hija, respectivamente, que buscan la marcha a la capital para rehacer sus vidas. Y, en lugar de eso, se encuentran él con el recuerdo de la pérdida que le dificulta seguir trabajando y ella, en lo que es mucho peor, se ve envuelta en un tremebundo caso de acoso escolar. La cámara sigue con implacable sosiego a unos personajes absolutamente creíbles, sumergidos en una historia que, poco a poco, va acumulando escenas más y más insoportables hasta un desenlace tan terrible como lógico.
Cinelandia.
Aterradoramente real hasta el punto de incomodarte e indignarte resulta esta cinta mexicana ganadora en la sección Un Certain Regard del último festival de Cannes. Estremece pensar que algo tan penosamente de actualidad como es el acoso escolar se genere desde una aparente normalidad, si bien no es casual que la víctima presente de partida una situación de debilidad que sirva como caldo de cultivo. En este caso, una adolescente que ha perdido a su madre en un accidente de tráfico se traslada con su padre para iniciar ambos una nueva vida, algo que no resulta fácil para ninguno de los dos como bien refleja el filme y que se acabará transformando en una pesadilla cuando cometa un error que sus nuevos compañeros de clase aprovecharán (con la ayuda de las nuevas tecnologías, algo a todas luces resaltable) para sacar a las bestias que llevan dentro y abusar de ella en una sucesión de vejaciones físicas y psicológicas que como espectador te hacen revolverte en la butaca. Si el inicio es árido y desconcertante el final es trágico y demoledor, aunque no de la forma fácil que todos podamos pensar, un acierto más de una película que nos tiene que hacer reflexionar sobre qué valores debemos transmitir a nuestros hijos, independientemente del status social que ocupemos en cada momento (y es que ya no vale como argumento que la marginalidad social sea el germen exclusivo del potencial delincuente).

Álex.