Los descendientes (The Descendants)
Director: Alexander Payne. Guión: Alexander Payne, Nat Faxon y Jim Rash, sobre la novela de Kaui Hart Hemmings. Intérpretes: George Clooney, Judy Greer, Shailene Woodley, Matthew Lillard, Beau Bridges, Robert Forster, Mary Birdsong, Rob Huebel, Michael Ontkean. Duración: 115 m. Año: 2011. Producción: EE.UU.


Alexander Payne se consagra como uno de los directores que mejor saben contar agridulces historias cercanas y sencillas, humanas en fin. Ya lo hizo con "Entre copas" (2004), en aquel caso con mejores resultados y mayor tendencia a la comedia, mientras que en "Los descendientes" apuesta más por el drama, con momentos de humor aportados especialmente por el novio de la hija y y el suegro. Aun así, la historia del hombre que pierde a su mujer y, en el proceso, descubre que ninguno de los lazos afectivos que había establecido en la vida funciona apropiadamente (ni con su esposa ni con sus hijas ni con su familia y amigos) resulta atractiva e interesante. Un drama que contrasta con la supuestamente idílica localización donde se desarrolla: Hawai. Estupendo George Clooney en una interpretación tan brillante como contenida y que genera un alto nivel de identificación. Lástima que la historia acabe siendo a veces bastante previsible.
Cinelandia.
Más tarde de lo habitual y con la extraña sensación de haberme dejado algún estreno en el tintero (la cual me temo no me va a abandonar en todo el año porque muy a mi pesar voy a tener que reducir mi asistencia a las salas, trabajo y familia obligan) he comenzado el curso cinéfilo 2012. Y no con buen pie precisamente, en contra del reconocimiento general que está obteniendo la nueva película de Alexander Payne, sin duda el director (junto con Tom McCarthy) que mejor refleja en pantalla la humanidad y cercanía de las historias y de sus personajes. En mi opinión le falta ese humor tan inteligente y característico de anteriores trabajos ("A propósito de Schmidt" -2002- y "Entre copas" -2004-) que provocaba ese sabor agridulce tan satisfactorio, hasta el punto de que el drama del padre desorientado que pierde a su mujer en un accidente (al tiempo que se entera  que le engañaba con otro) y que no sabe como tratar a sus dos hijas resulta inverosímil y poco creíble. Lo mejor, las interpretaciones de un George Clooney como el padre que deberá reinventarse para seguir adelante al que parece que le va a tocar premio gordo en los inminentes Oscar y de Shailene Woodley como su primogénita, una agradable sorpresa, suficientes para aprobar esta cinta que de alguna manera ha defraudado mis expectativas, apoyadas en el resultado brillante de los anteriores filmes antes citados...

Álex.