Déjame salir (Get Out)
Dirección: Jordan Peele. Guión: Jordan Peele. Intérpretes: Daniel Kaluuya, Allison Williams, Catherine Keener, Bradley Whitford, Betty Gabriel, Caleb Landry Jones, Lyle Brocato, Ashley LeConte Campbell, Marcus Henderson, LilRel Howery, Lakeith Stanfield, Gary Wayne Loper, Jeronimo Spinx, Rutherford Cravens. Duración: 104 m. Año: 2017. Producción: EE.UU. y Japón.


El estreno como director de Jordan Peele se configura como una brillante, inteligente y macabra mezcla de "Adivina quién viene esta noche" (Stanley Kramer, 1967) y "Eyes Wide Shut" (Stanley Kubrick, 1999). De la primera toma un planteamiento que, aunque parezca mentira, todavía hoy es polémico, al menos en Estados Unidos: en una pareja interracial, la chica presenta a su novio negro a su familia blanca. Pero, ojo, que lo que parece una situación a lo sumo con momentos incómodos empieza a derivar en situaciones crecientemente delirantes. Y ahí es donde el tono va adentrándose en la estela del citado filme de Kubrick, pues poco a poco se va desvelando una atmósfera rara y enfermiza que deriva en un terror muy bien dosificado. Sin recurrir a sustos fáciles y aplicando siempre un criterio original e innovador, "Déjame salir" brilla sobre todo en los momentos más socarrones y de dobles lecturas a costa sobre todo del racismo.
Cinelandia.
Novedoso y sorprendente debut tras la cámara de Jordan Peele, capaz de amalgamar varios géneros con talento, oficio y soltura a partes iguales. Lo que parece empezar como un remake del clásico de Stanley Kramer "Adivina quién viene esta noche" (1967), se convierte en una lectura sociológica del problema racial que todavía hoy persiste en Estados Unidos, en la que tienen cabida tanto el terror como la comedia, todo ello inteligentemente empastado y con la misma capacidad para generar tensión como para provocar una sonrisa. Visualmente es también un filme muy atractivo, tiene planos realmente meritorios, escenas de una brillantez innegable (la del juego del bingo en el jardín que en realidad es una puja por el "esclavo" se lleva la palma) y está bien resuelto en torno a la estremecedora idea de la supremacía intelectual blanca que envidia la superioridad física afroamericana. Por ponerle algún pero, quizá ese aire despreocupado que transmite le pueda perjudicar ante cierto perfil de espectadores que esperen un producto más de género definido. Un soplo de aire fresco en el panorama fílmico actual, a ver si estamos delante de un cineasta que pueda marcar una época...

Álex.