Corazón gigante (Fúsi)
Dirección: Dagur Kári. Guión: Dagur Kári. Intérpretes: Gunnar Jónsson, Ilmur Kristjánsdóttir, Sigurjón Kjartansson, Arnar Jónsson, Margrét Helga Jóhannsdóttir, Franziska Una Dagsdóttir. Duración: 94 m. Año: 2015. Producción: Islandia y Dinamarca.


Un cuarentón bonachón que sigue viviendo con su madre, con nula experiencia en relaciones con el sexo opuesto, escasas aptitudes sociales en general y una personalidad tan infantil como honesta es el protagonista de esta historia con momentos tiernos pero hondamente dramática en su desarrollo, cuando el protagonista trata de salir de su mundo de seguridad para entablar contacto con una mujer que esconde su propio lado oscuro. Entre medias, surgirá una situación escandalosa a los ojos de los adultos del barrio: la amistad entre este adulto-niño y una menor de edad, hija de un vecino. El director maneja con sutil inteligencia esta trama y la utiliza para reforzar el momento más catártico, en el que nuestro atribulado personaje se da cuenta de que tiene que ser valiente para intentar cambiar. Claro que esto nunca es fácil.
Cinelandia.
Normalmente suele ser garantía de éxito para un filme el que esté hecho de personas y para las personas, que enarbole la bandera de la humanidad y apele a los sentimientos del espectador. Esta cinta islandesa (qué buen momento parece estar pasando la cinematografía de este país) sobre un cuarentón rayano en la inadaptación social, con tan buen fondo como incapacidad para escapar de una mentalidad infantil y una madre sobreprotectora, agrada por su proporcionalidad a la hora de mezclar los momentos más cómicos con los dramáticos, consiguiendo ese tono agridulce tan reconocible en el día a día que a todos nos toca vivir. Y, como al final no hay más remedio que tomar decisiones antes de ver tu vida pasar por delante de tus narices sin que realmente la hayas protagonizado, así actuará nuestro grandullón preferido; ya si tiene más o menos éxito en su valentía habrá que descubrirlo acudiendo a las salas, es una buena opción para ver cine gratificante del que alimenta el espíritu...

Álex.