El consejero (The Counselor)
Dirección: Ridley Scott. Guión: Cormac McCarthy. Intérpretes: Michael Fassbender, Cameron Diaz, Javier Bardem, Brad Pitt, Penélope Cruz, Natalie Dormer, Dean Norris, Goran Visnjic, John Leguizamo, Rosie Perez. Duración: 117 m. Año: 2013. Producción: Reino Unido y EE.UU.


La relación del escritor Cormac McCarthy con el cine está dejando resultados ciertamente irregulares. Si las adaptaciones de sus novelas navegan entre lo fallido ("No es país para viejos" -Ethan y Joel Coen, 2007-) y lo discretamente interesante ("La carretera" -John Hillcoat, 2007-), ahora se ha atrevido con su primer guión ex profeso para una película. Y "El consejero" evidencia el universo crudo y hostil del narrador estadounidense, plagado de personajes viles y donde la maldad siempre tiene las de triunfar. Sin embargo, el defecto más notable de la cinta es su excesivo estilo literario, que hace que tanto los diálogos como algunas acciones sean más propios de la filosofía de sus novelas que de un filme. Y, desde luego, que de un filme de Ridley Scott, que muestra su pericia para que la historia no embarranque del todo y, al menos, se haga mínimamente interesante. Destaca, sin duda, la inmensa actuación de una Cameron Diaz recuperada para la causa. No así Javier Bardem, que no acaba de hallar el punto adecuado a su destartalado personaje.
Cinelandia.
La frontera territorial como metáfora de la imperceptible línea que separa el bien del mal, la vida de la muerte, el cielo del averno; en definitiva, terreno abonado para que alguien como el escritor y ahora también guionista Cormac McCarthy explote sus teorías metafísicas y sentencias filosóficas acerca del lado más oscuro del ser humano, que le convierte en una alimaña para su propia especie, y que no dejan de resultar sorprendentes en boca de los profesionales del mal, precisamente (es inevitable entroncar este filme con los más aburridos "No es país para viejos" -Ethan y Joel Coen, 2007-, basado en una novela suya,  y "Mátalos suavemente" -Andrew Dominik, 2012-, con los que establece ciertos paralelismos). El caso es que, si bien no acaba de hacer una pareja redonda con el director Ridley Scott porque sus diálogos, a veces brillantes y a veces simplemente pretenciosos, sepultan por momentos una trama inconexa, el resultado es medianamente aceptable gracias al poderío de los personajes y de ciertas escenas (que no necesariamente son las que todo el mundo viene comentando, que también) y a un sentido del espectáculo que, a mi modesto entender, aporta el segundo. Excelente Michael Fassbender como ese consejero del título que no tiene nombre propio para que el espectador tome conciencia de que a cualquiera le puede ocurrir no medir las consecuencias de sus actos y con ello descender a los infiernos y sorprendente Cameron Diaz en una mefistofélica interpretación muy alejada de sus papeles habituales. Si una película puede ser a la vez interesante y estrafalaria (tanto como el personaje de Javier Bardem, a ver si le ofrecen en Hollywood alguno medio normal), es ésta...

Álex.