Cartas desde Iwo Jima (Letters From Iwo Jima)
Director: Clint Eastwood. Guión: Iris Yamashita y Paul Haggis, sobre el libro de Tadamichi Kuribayashi.  Intérpretes: Ken Watanabe, Kazunari Ninomiya, Tsuyoshi Ihara, Ryo Kase, Shido Nakamura. Duración: 141 m. Año: 2006. Nacionalidad: EE.UU.


Brillante filme de Clint Eastwood que ofrece el lado opuesto al de su reciente "Banderas de nuestros padres" (2006), tanto porque asume el punto de vista contrario (el japonés) en la lucha por la isla de Iwo Jima, como porque ofrece resultados bastante superiores a aquella. Así, se pone en evidencia el honor mal entendido de que hacen gala los nipones imperiales (terrible escena de los "kempeitai", especie de policía secreta japonesa, o de los suicidios colectivos ¡qué obsesión!) frente a la razonable y realista posición que en todo momento sostiene el general Tadamichi Kuribayashi (excelente Ken Watanabe). Queda expuesto el odio irracional generado entre ambas partes (acertada escena de la comida entre el propio general y los anfitriones norteamericanos o escalofriante momento en el que los soldados estadounidenses se "ocupan" de los prisioneros rendidos) y, en fin, una vez más se vuelve a demostrar la absurdez de cualquier guerra, que saca lo peor de los hombres (que puede ser mucho), aunque siempre deja hueco a acciones nobles. Si bien el mensaje es similar al de su película previa, el director norteamericano es mucho más efectivo en "Cartas desde Iwo Jima", donde los pocos flash-backs son más acertados y no sólo no hacen decaer la acción, sino que la refuerzan. En resumen, otro brillante paso en la sólida carrera del amigo Clint como director.
Cinelandia.
¿Qué os decía? El que avisa no es traidor, y en este caso advertía de que esta película iba a superar a "Banderas de nuestros padres" (2006), formando ambas un inolvidable díptico desmitificador de la guerra y que a la vez reconoce y homenajea a los que intervienen en ellas. Con un estilo narrativo más directo, intenso e incisivo que en la primera, consigue emocionar y "atrapar" al espectador sin caer en la autocomplacencia y en el melodrama fácil, como alguno apunta en "medios oficiales". Ayudan a ello un excelente guión, unas secuencias bélicas perfectamente filmadas y un soberbio Ken Watanabe en el papel del general Kuribayashi (¿de verdad que no había un hueco para meter a este hombre entre los nominados al Oscar al mejor actor?). Debería ser este film de obligada proyección en los centros educativos japoneses, ¡cuánto honor y dignidad caben en la derrota y que innecesarios serían si el fanatismo de unos pocos no provocara estas situaciones! Mi favorita al Oscar como mejor película (están en juego unas copas) y mi reconocimiento como obra maestra del cine. ¡Ave, Clint!

Álex.