Blue Ruin (Blue Ruin)
Dirección: Jeremy Saulnier. Guión: Jeremy Saulnier. Intérpretes: Macon Blair, Devin Ratray, Amy Hargreaves, Kevin Kolack, Eve Plumb, David W. Thompson, Brent Werzner, Stacy Rock, Sidné Anderson. Duración: 90 m. Año: 2013. Producción: EE.UU. y Francia.


La venganza como un instinto poderoso, casi imparable, y que se lleva a cabo por los medios más retorcidos posibles. Pero también de forma sucia y cutre, tan torpemente ejecutada que resulta lamentable observar las ansias de dos familias por limpiar a toda costa las supuestas afrentas del pasado. Uno acaba vagabundo a la espera de encontrar su momento, los otros parecen la familia Manson... Toda esta auténtica ruina humana es trasladada a la pantalla con cierto interés por Jeremy Saulnier, que se las apaña bien para meter la cámara siguiendo todas las andanzas del protagonista, creando la sensación al espectador de estar sumergido en todo este sórdido submundo.
Cinelandia.
Una óptica y perspectiva diferentes sobre la venganza es lo que ofrece este filme de marcado carácter independiente; en contra de ese acto calculado, frío y perfectamente ejecutado que tantas veces hemos visto en la gran pantalla, la historia del vagabundo que subsiste en su destartalado coche azul como único techo, robando comida y colándose en casas ajenas para asearse (presentada de forma espartana y sin apenas diálogos, lo que sin duda consigue captar la atención del espectador) y que al recibir una noticia se dispone inmediatamente a saldar cuentas de forma casi irracional, sin que conozcamos en principio los motivos, de forma chapucera y siendo consciente de que ha iniciado una espiral violenta de la que va a ser imposible escapar (a pesar de desearlo), es sin duda una aproximación más realista y cercana a una reacción que, si bien forma parte de la condición humana, no deja de ser totalmente condenable. Tanto como la cultura (que no ya afición) por las armas de fuego, desgraciadamente asentada entre la población estadounidense y que refleja muy bien el filme, que en su conjunto convence pero al que le restan peso una parte final reiterativa y un plantel de secundarios demasiado amateur y con un perfil casi grotesco.

Álex.