El mundo según Barney (Barney's Version)
Director: Richard J. Lewis. Guión: Michael Konyves, sobre la novela de Mordecai Richler. Intérpretes: Paul Giamatti, Rosamund Pike, Dustin Hoffman, Scott Speedman, Minnie Driver, Bruce Greenwood, Rachelle Lefevre, Mark Addy, Saul Rubinek, Jake Hoffman. Duración: 134 m. Año: 2010. Producción: Canadá e Italia. |
La historia de un gruñón pero simpático productor de telenovelas, el tal Barney, que no encuentra el amor hasta la tercera oportunidad, algo que tampoco sería tan extraordinario si no fuera porque ocurre en plena boda con su segunda esposa, es contada con brillante desenvoltura por Richard J. Lewis. Paul Giamatti borda totalmente un papel que le viene como anillo al dedo y que debería situarle en el olimpo de la interpretación actual, mientras que Dustin Hoffman ofrece un contrapunto guasón como su padre. No se puede decir lo mismo de Rosamund Pike, poco expresiva, aunque Minnie Driver sorprende en una faceta más agresiva. A diferencia de otros relatos similares, la narración en "El mundo según Barney" no acaba con el "fueron felices y comieron perdices", ya que se adentra en terrenos mucho más pantanosos y también más realistas, aunque siempre manteniendo la sorna que genera el peculiar personaje protagonista. Incluso la historia paralela del enigmático asesinato, que no acaba teniendo demasiado peso, está resuelta con elegancia. Cinelandia. Si la pregunta a resolver es si la trayectoria vital de un personaje como Barney Panofsky (inconmensurable Paul Giamatti, cargando sobre sus hombros el peso del filme) resulta interesante en pantalla, la respuesta es que sí, de forma moderada. Y es que si bien el relato desfallece a causa de un metraje desmedido en el que partiendo de las locas amistades de juventud, dos matrimonios fallidos a cual más estrambótico y de la duda de si será un asesino (algo que se resuelve al final de forma acertada y elegante), todo ello revestido de humor y fina ironía, acaba centrado en la historia de amor verdadero con su tercera esposa en la que inevitablemente acabas humanizando a este judío borrachín, machista y mujeriego con habilidad innata para causar dolor a las personas que quiere, con un regusto de satisfacción general por el conjunto del mismo. Vamos, la convencional evolución de comedia agridulce a (casi) drama para una vida de todo menos convencional... Álex. |