El más correcto título original de "En los pasillos" revela mejor la curiosa trama de esta película, que está protagonizada por los reponedores de un hipermercado. La cinta se acerca a las tareas cotidianas, personalidades características y vidas privadas de los empleados, creando un microuniverso muy logrado de detalles y relaciones con momentos muy ingeniosos, de entre los que destacan los escarceos amorosos entre el novato y la chica de la sección de dulces. Aunque el metraje tienda a alargarse, no deja de ser una gozada encontrarse con historias diferentes como esta. Cinelandia. Con esta humanista cinta germana no es la primera vez, y seguro que no será la última, que el cine se transforma en un espejo donde el espectador se puede ver reflejado en las rutinarias vidas de personajes anónimos que (sobre)viven ante la certeza de que sus sueños ya hace tiempo que se marchitaron, la nostalgia de que cualquier tiempo pasado fue mejor, la efímera ilusión de un nuevo amor que pronto se revela imposible o el peso de un pasado oscuro que amenaza con volver, pero que al menos se tienen unos a otros para apoyarse y compartir esos sentimientos. En esta ocasión son los trabajadores de un hipermercado, cuyo devenir por los pasillos reponiendo los géneros es tratado con delicadeza y en un acertado tono agridulce por el director Thomas Stuber, que solo parece desafinar al adentrarse en la tragedia con un episodio que resulta excesivo respecto a ese cariz general. Historias mínimas y a la vez tan universales, imprescindibles para seguir profundizando en el conocimiento de la condición humana... Álex. |